El mandatario ruso considera que las sanciones occidentales costarán casi 400.000 millones de euros a Europa en 2023
El presidente ruso, Vladímir Putin, afirma respetar la entrada de Ucrania a la Unión Europea si así lo desea su población. “No es una organización militar, es un bloque político a diferencia de la OTAN, y siempre lo hemos dicho, aquí nuestra posición es coherente y clara: no tenemos nada en contra”, respondió el líder ruso al ser preguntado en la clausura del Foro Económico de San Petersburgo por el futuro de un país que lleva 114 días bajo el fuego de las armas rusas y que este viernes recibió el espaldarazo de la Comisión Europea para su adhesión al bloque.
Pese a ese mensaje aparentemente conciliador, horas antes el portavoz del mandatario ruso, Dmitri Peskov, había recalcado que Moscú vigilará de cerca el proceso de integración ucranio porque la UE ha comenzado a discutir “el fortalecimiento de su defensa” en los últimos tiempos. En concreto, el debate se avivó desde el 24 de febrero, cuando las tropas rusas cruzaron la frontera de otro país soberano.
Durante su discurso, Putin aseguró que sus objetivos en Ucrania serán completados, al mismo tiempo que denunciaba las visiones de mundos unipolares “donde existe una potencia fuerte con varios Estados dentro de su círculo y donde las reglas internacionales se interpretan únicamente en interés de ese poder”. Pese a esta crítica, Putin, que en 2021 escribió un artículo donde consideraba indivisibles históricamente Ucrania y Rusia, menospreció durante el evento la “elección como civilización” de Kiev a favor de Occidente, porque sus mandatarios “solo ocultan con ello sus intentos para proteger su botín”.
El mandatario ruso abordó los motivos de la actual crisis económica en la clausura de la 25ª edición del foro, que quedó empañada por el boicot de cerca de 150 países por su aventura militar. Putin afirmó que ni la pandemia ni la ofensiva han provocado el terremoto económico, sino las “políticas macroeconómicas irresponsables” del G7 en los últimos años, y anunció el comienzo de una nueva época.
“Es un error creer que en una época de cambios turbulentos puedes sentarte y esperar a que todo vuelva a la normalidad, a ser como antes. Eso no ocurrirá”, afirmó el líder ruso, que habló de “cambios tectónicos” en las relaciones internacionales y la economía, y advirtió de que la confianza en las divisas internacionales “ha sido dañada por las ambiciones geopolíticas”.
Putin auguró una nueva época en la que el dólar y el euro se hundirán. “La economía de las entidades imaginarias será reemplazada por la economía de los activos reales”, pronosticó.
“Las autoridades de las principales economías simplemente le dieron a la imprenta del dinero”, afirmó Putin. “Ese dinero se está depreciando un 8% anual, y las reservas pueden ser confiscadas o robadas en cualquier momento si a EE UU no le gusta algo en la política de un país”, denunció el presidente ruso en alusión a la congelación del fondo de reservas que tenía el país eslavo antes de lanzar su ataque. Según el mandatario, ese dinero irá destinado ahora “a alimentos, energía y otras materias primas”, y aumentará la inflación internacional.
Asimismo, Putin afirmó que las sanciones occidentales “han sido un arma de doble filo” que costará unos 400.000 millones de dólares (382.000 millones de euros) a Europa el próximo año mientras que su economía ya ha logrado estabilizarse. “El cálculo fue claro, aplastar la economía rusa con un golpe, y no funcionó”, añadió el presidente ruso.
“El aumento de la inflación ha superado el 20% en algunos países de la eurozona”, apuntó Putin al mencionar el caso de Estonia, aunque la subida media de los precios en la zona euro fue del 8,1% interanual en mayo, según los últimos datos de Eurostat, mientras que en el caso de Rusia rondó el 17,5%, según el banco central del país eslavo.
Kazajistán no reconoce Donbás
La conferencia puso la guinda a un foro que ha perdido gran parte de sus participantes de ediciones anteriores por la ofensiva sobre Ucrania. En ella también comparecieron brevemente el presidente de China, Xi Jinping, y los líderes de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, y de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokáyev, para respaldar a Putin.
El líder de la potencia asiática destacó que la cooperación entre ambos países “ha tenido una trayectoria ascendente” estos meses. Sin embargo, en una llamada mantenida el pasado miércoles con Putin, Xi Jinping limitó sus relaciones comerciales a lo que permitan las restricciones. El líder ruso, por su parte, admitió en el evento que no son aliados. “Esto no significa que China deba seguirnos en todo”, afirmó.
Más claro fue el mandatario kazajo. “Las sanciones existen. Tomamos en cuenta estas restricciones en nuestras estrategias comerciales y económicas”, recalcó Tokáyev, cuyo gobierno fue protegido militarmente por el Kremlin en las protestas de enero. El invitado de mayor rango presente en el foro también propinó otra “bofetada” diplomática al rechazar el reconocimiento de las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk cuando fue instado a ello por la moderadora delante de Putin.