Este elemento natural puede utilizarse en cataplasmas, compresas, mascarillas y baños para tratar diversas dolencias y traumatismos.
La geoterapia o el uso de arcilla con fines terapéuticos es una práctica muy extendida desde tiempos remotos gracias a sus múltiples propiedades antiinflamatoria, antiséptica, cicatrizante y desintoxicante.
Existen varios tipos de arcilla, los cuales se diferencian entre sí por la proporción de sus componentes que les otorgan distintas propiedades terapéuticas. Estas son las más utilizadas:
- Arcilla verde: Es rica en magnesio, sílice y potasio. Es antiinflamatoria, analgésica, desintoxicante y remineralizante. Suele usarse para tratar edemas en las piernas, celulitis, inflamación, dolores articulares y musculares, golpes, hematomas, entre otros.
- Arcilla blanca: Se considera la arcilla de mayor pureza y está compuesta principalmente por silicio y aluminio. Es antibacteriana, antiinflamatoria, cicatrizante, absorbe las toxinas y ayuda a combatir el estreñimiento. Se suele utilizar en tratamientos estéticos, para problemas de piel e incluso en enjuagues bucales y gargarismos.
- Arcilla roja: Su color se debe a que posee un alto contenido de óxido de hierro. Es un antiinflamatorio natural, por lo que puede emplearse para curar la rigidez y la inflamación en las articulaciones. También es útil para tratar problemas circulatorios.
- Arcilla rosa: Es una mezcla entre la arcilla roja y la blanca. Se utiliza mayormente para hacer mascarillas faciales y capilares.
- Arcilla negra: Tiene efecto cicatrizante y regenerador. Es usada para eliminar contracturas e inflamaciones.
¿Para qué se utilizan?
Rigidez e inflamación en las articulaciones: La arcilla roja es la mejor opción para tratar la artrosis, el reuma y la artritis por su efecto antiinflamatorio. Se puede aplicar una cataplasma tibia sobre la zona afectada durante siete días para aliviar la dolencia.
Gota: Por su acción antiinflamatoria, las arcillas ayudan a calmar los dolores agudos, el enrojecimiento y la sensibilidad de las articulaciones que caracterizan a esta enfermedad. Aplicar la arcilla fría sobre la zona dolorida.
Golpes, edemas, esguinces y otros traumatismos: La arcilla caliente actúa como un analgésico. Si se aplica en forma de cataplasma sobre la zona dolorida es capaz de aliviar al poco tiempo articulaciones, músculos y vértebras.
Cálculos renales: Las cataplasmas calientes de arcilla sobre la espalda baja alivian los dolores en los riñones y ayudan a eliminar los cálculos. También se pueden utilizar para tratar problemas del hígado.
Enfermedades cutáneas: Las mascarillas corporales a base de arcilla se utilizan para limpiar la piel. Al ser antisépticas, impiden la proliferación de bacterias, hongos y virus sobre la dermis. En caso de psoriasis, se recomiendan los baños nocturnos con arcilla y mascarillas en las zonas afectadas.
Pie de atleta: Los hongos son una afección que puede eliminarse usando un talco a base de arcilla que mantendrá los pies secos y eliminará los patógenos.
Estrés: Para combatirlo no hay nada más relajante que un baño nocturno de arcilla. Disolver arcilla granulada en un bañera llena de agua tibia y sumergirse por al menos 20 minutos. Además de ser energéticos y relajantes, estos baños también purifican el organismo y fortalecen el sistema inmunológico.
Usos cosméticos
Piel envejecida: La arcilla activa la regeneración celular, elimina las células muertas y absorbe las sustancias de desecho y toxinas del organismo. Además, es cicatrizante y regeneradora gracias a su contenido en sílice. Una cataplasma de arcilla ayuda a rejuvenecer y relajar la piel, que lucirá más tersa y lozana luego de este tratamiento natural.
Remover impurezas: Por su grano fino, las arcillas son un magnifico exfoliante que pueden usarse para realizar un peeling natural.
Várices: Se pueden realizar emplastos de arcilla blanca para várices, celulitis, retención de líquidos y piernas cansadas. Para prepararlo, mezclar en un cuenco dos cucharadas de arcilla con agua hasta conseguir una consistencia homogénea y cremosa. Añadir 15 gotas de aceite esencial de menta, 3 de geranio y 5 de ciprés.
Acné: La arcilla verde es ideal para eliminar las bacterias que causan los granitos. Aplicar una mascarilla de arcilla, dejar actuar durante 15 minutos y luego enjuagar con agua tibia. Repetir el tratamiento tres veces a la semana.
Eliminar la grasitud: Preparar una mascarilla astringente, colocando en una licuadora el jugo de un limón, dos frutillas y medio pepino (con cáscara). Licuar, verter el contenido en un recipiente de madera y añadir una cucharada sopera de arcilla verde. Por último, agregar tres gotas de aceite esencial de árbol del té y tres gotas de aceite esencial de geranio. Mezclar bien todos los ingredientes y aplicar sobre el rostro.