Es una enfermedad crónica que afecta al 10% de las mujeres en Argentina y que puede generar complicaciones a la hora de buscar y concebir un bebé. Sin embargo, existen alternativas para encarar el proceso de forma controlada.
La diabetes es una enfermedad crónica que implica la presencia de altos niveles de azúcar en la sangre. Existen dos tipos: la diabetes tipo 1, que es aquella que por lo general se desencadena en pacientes jóvenes que dejan de producir insulina; y la diabetes tipo 2 que se suele manifestar en adultos y se relaciona con la insulina resistencia, la obesidad y los hábitos de vida. Ambos tipos pueden generar dificultades en el embarazo.
“Las pacientes con diabetes tipo 2 suelen tener problemas para quedar embarazadas, porque tienen alteraciones metabólicas y hormonales. Por eso, en general tienen más chances de requerir un tratamiento de fertilidad”, expresa la doctora Doris Raso, especialista en Medicina Reproductiva de WeFIV y agrega: “además, es posible que tengan más riesgo de complicaciones durante el período gestacional”.
En el caso de las pacientes que tienen diabetes tipo 1 y requieren insulina todos los días, es fundamental que antes de llevar a cabo un embarazo, estabilicen la glucemia, el peso y tengan la autorización de su diabetólogo. En general, suelen transitar esta etapa sin problemas porque “cuando empiezan a buscar el embarazo, ya están con la enfermedad controlada. De todos, modos es fundamental que continúen con su tratamiento habitual”, explica la doctora Raso.
Riesgos durante la gestación
Las pacientes con diabetes tipo 2 pueden tener complicaciones en el embarazo. Por ejemplo, tienen más riesgo de gestar niños macrosómicos, con peso superior al promedio habitual. La enfermedad puede afectar también al crecimiento del bebé y generar alteraciones en el desarrollo y al momento del parto. Asimismo, las pacientes con diabetes gestacional suelen tener mayor riesgo de inconvenientes en el momento del parto por el tamaño fetal, como así también, mayor incidencia de cesáreas y complicaciones neonatales (hipoglucemia, complicaciones respiratorias, etc.)
Reproducción asistida como alternativa
Usualmente, la diabetes tipo 2 no requiere insulina y puede ser tratada con dieta saludable, ejercicio y cambios de hábitos. En ocasiones, con indicación médica, se complementa con medicaciones vía oral, lo que “suele mejorar mucho el estado de salud antes de empezar el embarazo”, sostiene la doctora Raso. No obstante, debido a que las dificultades para lograrlo son mayores para quienes tienen este tipo de diabetes, las pacientes suelen acceder a los tratamientos de reproducción asistida para concretar su deseo. Gracias a la medicina reproductiva, es posible -con el debido control- llevar adelante un embarazo.