La agencia sanitaria volverá a evaluar si el actual brote debe considerarse una emergencia de salud pública internacional. El virus está presente en 63 países y Europa concentra más del 80 % de los casos
La viruela del mono, una enfermedad viral que es endémica en varios países de África occidental y central desde hace 50 años, ha provocado en la última semana unas 3.000 nuevas infecciones en el mundo, con lo cual la cifra total global se eleva a 9.200 casos confirmados en 63 países, según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La agencia sanitaria convocó a su Comité de Emergencia para la viruela del mono a una reunión la próxima semana. En ese encuentro se evaluará la magnitud del brote actual y pueden decidirse nuevas medidas, entre las que se destaca considerar a la enfermedad una emergencia sanitaria internacional, lo que implica tomar medidas coordinadas a nivel global para frenar la propagación del virus. Algo que ya ha sucedido con el COVID-19 y con el virus del Ébola.
El número de muertes provocadas por este brote no ha aumentado durante la última semana y se mantiene en tres víctimas fatales, pero el virus se ha extendido por otros cuatro países, informó ayer en conferencia de prensa el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Europa continúa siendo la región más afectada por el brote, ya que concentra más del 80 % de los casos. Aunque también están aumentando los contagios en los países de África central y occidental donde la enfermedad es endémica desde hace décadas.
El director de la OMS aconsejó a los gobiernos que implementen el rastreo de contactos, para ayudar a rastrear la propagación del virus y aislar a los casos sospechosos. También destacó tres enfoques para abordar la propagación continua del virus, que incluyen la colaboración con organizaciones de la sociedad civil para abordar el estigma en torno al virus, coordinar el intercambio de vacunas e impulsar la investigación y el desarrollo.
El Comité de Emergencia de la OMS para la viruela del mono se reunirá el próximo lunes para analizar la evolución a nivel global y determinar si se mantiene el nivel de riesgo “moderado” que se le asignó en la última asamblea.
Tras el análisis de los últimos datos epidemiológicos, los expertos podrían declarar la emergencia sanitaria internacional para la viruela del mono, como lo han hecho con el COVID-19 en enero de 2020, algo que en la primera reunión de este comité, celebrada en junio, se descartó provisionalmente.
La OMS define una emergencia de salud pública de interés internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés) como un evento extraordinario que constituye un riesgo para la salud pública de los países a través de la propagación internacional de enfermedades y que potencialmente puede requerir una respuesta internacional coordinada.
La emergencia sanitaria internacional solo se considera cuando una enfermedad se vuelve “seria, repentina, inusual o inesperada”. Si una enfermedad recibe el estatus de PHEIC, requiere una respuesta urgente y el objetivo principal es estimular la acción basada en evidencia para prevenir el riesgo para la población en general. Los países miembro de la OMS tienen la obligación de responder e implementar medidas si se declara PHEIC.
Cuáles son los síntomas y cómo se contagia
Los síntomas suelen comenzar entre siete y 14 días después de la exposición al virus, pero en algunos casos pueden no aparecer hasta los 21 días, según la OMS. El síntoma más común es una erupción o lesiones en la piel. También pueden aparecer síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, ganglios linfáticos inflamados, dolor de cabeza y cansancio. En algunos casos, la viruela del mono puede causar una enfermedad grave.
El virus de la viruela del mono se transmite con mayor frecuencia a través del contacto directo con la erupción o las llagas de alguien que tiene el virus. También puede propagarse a través del contacto con la ropa, la ropa de cama y otros artículos utilizados por una persona con la enfermedad, o por las gotitas respiratorias que pueden transmitirse a través del contacto prolongado cara a cara. Aún no se conoce del todo el riesgo de transmisión por aerosol. La OMS recomienda que el personal sanitario que atiende a los pacientes con viruela del mono lleve una mascarilla.