El más alto tribunal del país debe falllar por un recurso de queja presentado a fines de 2020 por la defensa. El 3 de julio de 2018, el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguaychú condenó a la joven a prisión perpetua por el homicidio de su novio, Fernando Pastorizzo. 

En las últimas horas el caso de Nahir Galarza, con prisión perpetua desde el 3 de julio de 2018 por el homicidio de su novio, Fernando Pastorizzo, volvió a ser noticia al conocerse un audio de una amiga de la joven de 22 años, según la cual la condenada habría sido sometida a maltratos por el muchacho hasta poco antes del crimen. 

En tanto, debido al impacto social del caso, crece la expectativa respecto de qué decisión adoptará el más alto tribunal del país: si revoca o confirma la condena. Y cuándo lo hará. La Corte Suprema debe expedirse por un recurso de queja que presentó a fines de 2020 la defensa de Galarza con la pretensión de que, con perspectiva de género, revise y anule la sentencia dictada en su contra.

Esa presentación fue realizada por la abogada María Raquel Hermida Leyenda, quien encabeza el Equipo Interdisciplinario de la Red de Contención, una ONG que asesora a víctimas de violencia de género.

La letrada, en una entrevista publicada por la revista Gente, manifestó: “Estamos esperando la resolución de la Corte Suprema de Justicia“.

La abogada, en un comunicado que emitió poco después de elevar el recurso de queja, había fundamentado su presentación. “Se basa en la falta de perspectiva de género durante el proceso contra Nahir”, sostuvo.

Y explicó que el recurso de queja respondió a que “la investigación y el debate oral evidenciaron graves negativas a la defensa, impidiendo la realización de numerosas pruebas”.

“Fue notoria la violencia institucional contra los testigos que decían algo a favor de la imputada, hasta se llegó a denunciar por falso testimonio a una profesional y una vecina. Se le vedaron pericias completas y reiteradamente confundieron perspectiva con violencia de género”, expresó la criminóloga.

Galarza, presa en la Unidad Penitenciaria de Mujeres N° 6 de Paraná, en su primer testimonio dijo que había visto a la víctima la noche anterior al crimen, ocurrido el 29 de diciembre de 2017 en Gualeguaychú. Eso la ponía sin contacto con su novio el día del asesinato.

Sin embargo, ante la sumatoria de indicios en su contra quedó detenida y, en una segunda declaración, admitió que lo había matado con el arma de su padre policía, pero que había sido en forma “accidental”.