Es una enfermedad “silenciosa”. Muchos la padecen, pero no lo saben. El diagnóstico oportuno es fundamental.
La hipertensión arterial (presión alta) aumenta el riesgo de presentar un infarto o ACV, además de que tiene incidencia en otras enfermedades. Mantenerla controlada es fundamental para prevenir complicaciones de salud asociadas a esta patología de base.
El primer diagnóstico se realiza durante las consultas médicas de rutina, cuando la presión supera los 140/ 90 mmHg (máxima y mínima). Es una enfermedad crónica que tiene tratamiento con buen pronóstico si se cumple con las indicaciones de los profesionales de la salud.
Existen varios mitos respecto a la presión alta y cómo controlarla, que atentan contra el diagnóstico y tratamiento correcto.
Los jóvenes no presentan hipertensión
Mito. Aunque entre los 20 y 40 años la presión se mantiene dentro de los valores normales, los jóvenes (4% aproximadamente) también pueden tener presión alta, por lo que el control de rutina es importante. En líneas generales, la presión aumenta después de los 40.
Si solo limito el consumo de sal no me sube la presión
Mito. Disminuir o dejar de consumir sal en las comidas ayuda a que la presión no suba y es un buen hábito. Sin embargo, esto no es suficiente para quienes padecen hipertensión, ya que necesitarán realizar un tratamiento, con medicación y cambios en el estilo de vida (dejar de fumar, hacer actividad física, alimentación saludable) para mantenerla a raya.
El estrés causa hipertensión
Mito. El estrés o estar nervioso no causan hipertensión por sí solos. Sí pueden influir, pero esta enfermedad es multicausal (factores hereditarios, sedentarismo, alto consumo de sal).
El café está prohibido
Mito. No existen los prohibidos. Consumir café con moderación (entre uno y tres pocillos por día) no elevará tu presión, siempre y cuando te alimentes bien y hagas actividad física.